Los astrónomos atónitos encuentran un enorme planeta gaseoso orbitando una pequeña enana roja—¿Puede la ciencia explicar esta extraña pareja cósmica?
Los científicos del espacio están desconcertados por TOI-6894b, un gigante planeta que orbita la estrella más pequeña jamás registrada—aquí está la razón por la que está rompiendo teorías en 2025.
- Estrella anfitriona más pequeña: TOI-6894 tiene solo el 20% de la masa de nuestro Sol.
- Planeta gigante: TOI-6894b tiene un radio mayor que el de Saturno pero la mitad de su masa.
- Mundo helado: Temperatura de la superficie por debajo de 150°C—mucho más frío que la mayoría de los gigantes gaseosos hallados fuera de nuestro sistema solar.
- Órbita ardiente: El planeta completa una vuelta alrededor de su estrella en poco más de 3 días.
El cosmos acaba de entregar un giro inesperado—y tiene a los astrónomos rascándose la cabeza. Un equipo internacional ha descubierto TOI-6894b, un planeta del tamaño de Saturno que orbita la tímida estrella enana roja TOI-6894, reescribiendo las reglas sobre cómo se forman los planetas.
El descubrimiento se produjo después de analizar datos de más de 91,000 estrellas enanas rojas observadas por el telescopio espacial TESS de NASA. El hallazgo fue rápidamente verificado por telescopios terrestres, incluido el renombrado Telescopio Very Large de Chile. Lo sorprendente: nunca antes se había visto una estrella tan pequeña y de baja masa (¡solo el 20% de nuestro sol!) albergando un gigantesco planeta gaseoso.
Q: ¿Por qué sorprende a los astrónomos este planeta?
Los científicos asumieron que estrellas diminutas como TOI-6894 no tenían suficiente material para formar planetas masivos. Las teorías tradicionales, como la acreción del núcleo, argumentaban que solo las estrellas más grandes podían reunir suficiente gas y polvo para que un gigante gaseoso se formara.
Pero aquí está TOI-6894b—burlándose de los modelos actuales. Con una masa solo la mitad de la de Saturno, pero un radio ligeramente mayor, es un inusual cuerpo cósmico que orbita a su tenue anfitrión en poco más de tres días.
Q: ¿Qué hace a TOI-6894b tan único?
A diferencia de los «Júpiter calientes» abrasadores que se encuentran girando cerca de otras estrellas, TOI-6894b es sorprendentemente fresco. Las temperaturas permanecen por debajo de los 150°C. Tales condiciones frías podrían permitir a los astrónomos—usando herramientas como el próximo Telescopio Espacial James Webb—localizar finalmente amoniaco en la atmósfera de un exoplaneta por primera vez.
Ninguna teoría existente ofrece una explicación satisfactoria de cómo este mundo masivo se formó alrededor de una estrella tan diminuta. Los astrónomos están apresurándose a actualizar sus modelos y descubrir cuántos más gigantes pueden estar al acecho en las sombras.
¿Cómo cambia esto nuestra comprensión de la formación de planetas?
La idea predominante de la acreción del núcleo sugiere que estos mundos no deberían existir; simplemente no hay suficiente material alrededor de estrellas tan tenues. Una teoría rival propone que inestabilidades gravitacionales pueden crear planetas a partir de grupos de gas y polvo en colapso, eludiendo la necesidad de un núcleo inicial pesado. Sin embargo, ningún enfoque explica adecuadamente a TOI-6894b. El rompecabezas cósmico se complica.
¿Qué otros misterios cósmicos están surgiendo en 2025?
Este es solo el último de una serie de recientes bombazos celestiales que están sacudiendo nuestra comprensión del universo. En la búsqueda del misterioso «Planeta Nueve», los astrónomos recientemente tropiezan con un nuevo planeta enano en nuestro propio sistema solar—el 2017 OF201 de 430 millas de ancho, tres veces más pequeño que Plutón.
Mientras tanto, se ha detectado un extraño nuevo objeto que emite rayos X y ondas de radio simultáneamente, lo que sugiere nuevas clases de fenómenos cósmicos extremos.
En otro avance, científicos del Museo Americano de Historia Natural revelaron simulaciones de planetarios que sugieren que la Nube de Oort—durante mucho tiempo pensada como esférica—podría contener en realidad una espiral oculta en forma de S mucho más allá de Plutón.
¿Cómo resolverán los científicos el caso de TOI-6894b?
La comunidad astronómica se está movilizando. El Telescopio Espacial James Webb, entre otras herramientas de alta tecnología, está preparado para observar TOI-6894b en detalle exquisito durante el próximo año. Los investigadores esperan detectar amoniaco y otras firmas químicas que podrían arrojar luz sobre cómo pueden formarse tales gigantes alrededor de las estrellas más pequeñas del universo.
Las lecciones aprendidas de estos sistemas extraños podrían mejorar radicalmente nuestra comprensión de la formación de planetas—e incluso ayudar a los científicos a reimaginar el nacimiento de nuestro propio sistema solar.
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